He aquí, un agricultor labraba sus campos, semilla
plantada y trabajaron con amor de muchos días de sudor lleno de
esperanza para una cosecha abundante.
Pero, por desgracia, una sequía vino y el
agricultor cosechó apenas suficiente para alimentar a su familia y
tener la semilla para el próximo año.
Al año siguiente pasó lo mismo una y otra vez la próxima.
Pero, en el cuarto año el agricultor
cosechó una cosecha abundante de tales proporciones que más que compensó
las pérdidas de los años de vacas flacas.
Sus vecinos que se había desanimado y dejó de siembra Le pregunté por qué seguía siembra.
Él respondió y dijo: si me planta en su tiempo voy a recoger una cosecha abundante.
Para cosechar, debe sembrar.